RECORTES NO

viernes, 26 de octubre de 2012

{este momento}

{este momento} - un ritual de Viernes. Una sola foto - sin palabras - la captura de un momento de la semana. Un simple momento especial, extraordinario. Un momento para hacer una pausa, disfrutar y recordar. (Inspirado por Soulemama y Farala)
{this moment} - A Friday ritual. A single photo - no words - capturing a moment from the week. A simple, special, extraordinary moment. A moment I want to pause, savor and remember. (Inspired by Soulemama and Farala)

 Por la mañana

Por la tarde

jueves, 25 de octubre de 2012

Intento de reinvento

No sé si debo reinventarme o si tengo que reintegrarme y recomponer lo que se hizo añicos en unos segundos y que es "ley de vida" y que ocurre, así, de repente, aun cuando sabías que pasaría.

Y demasiadas emociones en pocos días.

A ratos no me encuentro; por momentos, todo es muy irreal; a veces, la lógica impera aunque pueda más en la incredulidad.

Quiero escribir, lo hemos comentado con Luz de la Garza: escribir es terapeútico, pero no consigo sentarme a hacerlo. También hemos dicho que ellas siempre están : en nosotras mismas, en el nuestro día a día, en esa manera de arreglar la colcha o en esos dichos redichos...

Cuesta, cuesta. En muchos momentos, cuesta.


martes, 9 de octubre de 2012

Para Visi, de tus nietos


Habrá muchas abuelas, pero cómo la mía, ninguna.

Podríamos contar cada uno de nosotros, anécdotas y recuerdos de nuestra abuela durante horas y horas enteras sin parar, pues era una persona singular, simpática, cariñosa, alegre, adorable...¡mágica!.
La conocimos cuando ya era toda una señora, con los ojos pintados de azul y el bolso a conjunto con la ropa. Ella era Visi, una gran persona: transmitía alegría, paz, tranquilidad, muchísimo cariño, amor y dulzura. Tenía tiempo para todos, era atenta y tierna y para todo tenía solución.

Visi adoraba Cambrils, Monzón y Zaragoza.

Nuestra infancia ha sido inolvidable a su lado, en su casita de la playa, comiendo tortilla de patata los viernes y un trocito de chocolate al entrar por la puerta, ¿Quién de nosotros no ha trepado la olivera grande o no se ha montado en los ciervos de su jardín, merendando debajo del parral o mecido en las sillas del porche? La playa, Gustavo, el camping, las comilonas todos juntos, todo lo que hemos aprendido de ella...
Disfrutaba cada momento con los suyos... Jugando durante horas al parchís o al rabino con alguna de sus chicas o cuñadas...o al dominó con su marido bajo el parral de su jardín... cogiendo capazos durante horas con sus vecinas.... montándose en bici cuando quería hacernos reír o simplemente tomando un café con leche y fumando un cigarrito en buena compañía!

Visi vivía pensando en su familia. Todos estaremos de acuerdo en que no daba un paso sin pensar antes en todos nosotros, qué querrán para comer hoy, qué camisa me tocara arreglar o qué me falta por limpiar. Nuestra abuela hacía todo por y para nosotros, sus hijos y toda su familia, y todo con el toque de alegría, ilusión y pasión por lo que hacía que la caracterizaban. Sacar adelante a ocho hijos y a los que hemos venido detrás no habrá sido fácil, pero ella lo hizo de la mejor manera que podría haberlo hecho, llenándonos de vida en cada mínimo gesto que hiciera.

Pocas abuelas fumaban cómo ella, iban a tomar cortados al Piscis, llevaban gafapastas, cocinaban a nuestro gusto nuestros platos favoritos y hablaban y acogían a nuestros amigos como lo hacía Visi, con los brazos abiertos y una gran sonrisa. Todos la conocíamos muy bien y es que ella se hacía querer.... Este pueblo, Monzón, la vio nacer y crecer y nosotros crecimos y seguiremos creciendo con ella porque sabemos que, de alguna forma, nunca se separara de nosotros.

La llamábamos abuela o yaya, pese que para todos nosotros era nuestra segunda madre y era en muchos momentos nuestro pilar de apoyo, o porqué no decirlo, acudíamos a ella cuando queríamos conseguir algo que por otro lado no conseguiríamos. ¡Ella siempre justificando y apoyando a sus nietos!.
Para ella éramos Enrique, Domingo, Luis, Reyes, Carmen, Javier o cualquier otro nombre familiar, todo junto y a la vez, aunque ninguno dudamos de que se ha llevado cada uno de nuestros nombres y corazones con ella, igual que nosotros nos acordaremos de Visi el resto de nuestras vidas.

No sólo era buena, generosa, luchadora, amable e inteligente; además, era genial. Tenía una forma propia de ver la vida, basada en el respeto, la tolerancia y el buen humor. Cuánto hemos aprendido, y cuándo hemos reído. Siempre pensaremos en ella, y en las yayalidades, y sonreiremos porque no podremos volver a tenerla delante para apreciar la maravillosa persona que era, pero nos quedamos con lo maravilloso de su corazón, que se metió en el nuestro desde que nacimos.

Gracias yaya, gracias por todos los momentos que hemos pasado junto a ti, has sido esencial en nuestras vidas y nos has dejado un vacío que llenaremos de buenos recuerdos. Tus nietos estamos orgullosos de ser quien somos, por todo lo que tú has sido.

Gracias yaya, gracias por venir a buscarme.

Un beso no, 14.

“Ay Visi Visi, cuanto te quiero, ay Visi Visi, por tu amor yo desespero...”


Visi ES mi madre. Se nos fue ahora mismo, hace una semana...