El médico me prohibió
leer. Cogió un bolígrafo y anotó algo sobre el cuaderno. Le hubiese quitado el
boli allí mismo. Apreté los puños por debajo de la mesa y mentí: quiero dejarlo.
De momento, no iban a internarme, pero debía olvidarme de los libros. Si no
lograba vencer la enfermedad tendrían que meterme en esa clínica tan prestigiosa
para escritores. Me hicieron pasar a una sala mientras el médico hablaba con mis
padres. Al llegar a casa, tiraron los libros que tenía escondidos debajo de la
cama y dieron mi nombre en las pocas librerías y bibliotecas que quedaban
abiertas para que me prohibiesen la entrada. Nunca me dejaban solo. Les
engañaba. Me encerraba en el baño y leía la composición de los champúes o les
acompañaba al supermercado y me paraba en la sección de congelados a repasar los
ingredientes. Pero me sabía a poco. Empecé a robar. En el metro miraba de reojo
al viajero de al lado y me hacía con nombres y adjetivos del periódico que
estaba leyendo. Pillé un verbo transitivo de una carta del banco que sustraje
del buzón del vecino. Conseguí dos preposiciones en un carné de identidad y
algunos adverbios, aunque terminados en mente, en un folleto que me dieron en la
calle. Cuando asalté una biblioteca, me internaron. El día que entré en la
clínica, vi salir a Juan Manuel de Prada. Había adelgazado y no llevaba esas
gafas de pasta que le caracterizan. Tenía mejor aspecto. En mi grupo de terapia,
reconocí a Lorenzo Silva, aunque la mayoría éramos gente anónima. Pronto
descubrí el mercado negro. Al apagar las luces de las habitaciones, nos
reuníamos en los baños y traficábamos con palabras. Cambiábamos adverbios por
preposiciones y dábamos nuestra alma por encontrar a quien tuviese el adjetivo
perfecto. Por la noche componíamos historias, las memorizábamos y al día
siguiente, a la hora del paseo, lejos de los ojos de los enfermeros que se
distraían con la televisión, nos las contábamos. Cuando salí, todos pensaban que
me había curado.
Ernesto
Ortega
Extraído de : -------- Missatge original --------
Assumpte: | [IWETEL] "Yo no me quiero curar" |
---|---|
Data: | Tue, 04 Dec 2012 15:26:18 +0100 |
A: | IWETEL@LISTSERV.REDIRIS.ES |
El código de la derecha como que no me sale ...
ResponderEliminar¿una ayuda???
Gracias......
le pedi ayuda a deluna y mira que bonito lo tengo en mi blog. supongo que si tienes una direccion de correo te lo puede enviar, y si no, no se lo digas a nadie y te lo envio yo. shhhhhhh
EliminarNo te puedo ayudar pero en esta pantalla si se ve el codigo de la derecha... Amiga, me encanto el fragmento y es que cada dia siento que mi romance con las palabras se agrava mas y mas... En mi proximo post veras el porque...
ResponderEliminarBesitos
Chamba, chamba, amiga... Y si ese chambeo es como el que te va surgiendo, aprovecha cada minuto para romancear con las palabras...
EliminarGrande abrazo
Yo veo logo doble (a la izq y derecha). Sé que no estoy borracha porque son diferentes! 8-)
ResponderEliminarHace tiempo tenía esa relación con los libros pero de un tiempo a esta parte o me trago un libro en un periquete o se me alargan hasta el infinito como me ocurre con el de Jeanette Winterson...
Besos
¿Tendremos que descartar el tipo de libro que te bebes y pasar a otra lectura????
EliminarYo quería leer, pues, el de la Winterson...
(Sigo sin saber cambiar la orientación de mis petipancartas. Creo que las cambiaré porque parece que empuja más y más al hundimiento de la escuela pública y eso sí que no...)
Abrazos
lejos de poder desintoxicarme de tal manera, mi mente que es me conoce muy bien, no me permite leer dos lineas seguidas. No sé si es que ya tengo todo el conocimiento que me cabe, o sencillamente una digestion larga de tanto leido y no bien asimilado
ResponderEliminarEso me suena a Siempre suya. Hace unos años, libros del que le hablaba (que no fueran novelas novedosas), libro que había leído con veinte años o su original, o ...
EliminarCreo que algún Salcedol, sal de frutas o bicarbonato parece que tomó porque empieza a volver a ello... ¿Por qué no hablas con ella???
Besico
No, si acabaremos todos así. Aterrador relato. Debería someterme al borreguismo del resto y al Farenheit 451. Y..."Pim, pam, toma lacasitos". Ya estoy curada!! 'Ámono ar fuzbol!
ResponderEliminar¡No!!! ¡Nunca mais! ¡Never forever!
EliminarVamos a alternar fuzbol desde casa y lecturas, por favor... (y algún Kit-kat?)
Besicos