"Harta de que sean muertes anunciadas y nadie diga nada #25N #hartas #ViolenciadeGenero"
Manifiesto de las mujeres hartas
Emma Blanco
http://www.oviedo.es/servicios-municipales/igualdad/dia-internacional-mujer
"Faktoria Lila (@FaktoriaLila): y luego direis que somos 5 o 6! gora emakumeon borroka! bilboko feministok kalean! http://t.co/BFYTD4WbiV"
#DíaInternacional #25N #feminismoenred El hombre invisible http://t.co/ai7PaNS06F vía @eldiarioes"
Emma Blanco
http://www.oviedo.es/servicios-municipales/igualdad/dia-internacional-mujer
"Un
derecho que muy a menudo nos suelen arrebatar...Sirva mi recuerdo para
todas esas mujeres que hoy ya no están con nosotr@s y por las que sufren
en silencio y no se atreven a denunciar.... ¡¡¡ANTE CUALQUIER TIPO DE
VIOLENCIA, TOLERANCIA CERO!!!!"
"La violencia contra la mujer ha sido una constante a lo largo de la
historia. Yo recuerdo, de joven, algunos ejemplos. Pero entonces la
mujer lo ocultaba, disimulaba. La sociedad así lo quería. Todo va bien,
se decía. Hoy las mujeres mueren asesinadas porque se niegan a seguir
siendo maltratadas ¿Cómo es posible que entre todos no podamos suprimir
esta barbarie? En este y en muchos días más mi recuerdo emocionado para
los cientos de mujeres asesinadas por sus maridos o compañeros; más de
setecientas en la última década. Cuarenta y ocho en este año de 2013.
Buenas noches."
"Lo
peor es que cada año son más jóvenes los maltratadores y las
maltratadas. Qué ocurre? Algo estamos haciendo mal y tenemos que poner
remedio sí o si!"
¿Quién pedirá perdón a las víctimas de la violencia de género?
Hypatia y Catalina, ambas de Alejandría.
AMELIA VALCARCEL 13 DIC 2009
No
sabemos bien, y quizá nunca lo sepamos, cómo murió. Hay dos hipótesis.
Una dice que la descarnaron con conchas afiladas y otra que lo hicieron
con cascos de vasijas de barro. De lo que no hay duda es de que la
descarnaron. Esto es, que, viva, le fueron arrancando la carne, hasta
que las vísceras quedaron al descubierto. Y también la de la cara, las
manos... en fin, una muerte horrible.Sin embargo, Amenábar, que sabe lo
que se hace, ha preferido darle la eutanasia. A Hipatia, en su
película, Ágora, alguien piadosamente la asfixia antes de que
la turba indómita de monjes cristianos y fanáticos, proceda a su
lapidación. La realidad fue bastante peor. Mucho peor. Peor, desde
luego, que la muerte que los mismos predicaban del Salvador. Pero,
claro, Hipatia no había salvado a nadie, que se supiera. Sólo quizá al
saber. Y no se pudo salvar a sí misma.
De estas otras
muertes, a las que ahora traigo a la memoria, algo sí sabemos. Las
hermanas Miraval, opositoras al régimen de un dictadorzuelo que sería
sucio recordar, murieron un 25 de noviembre. A las tres las cazaron, por
así decir, para matarlas. Cuando volvían por una zona no muy segura,
por carretera, fueron detenidos sus coches y ellas sacadas al campo.
Para llevar a término el conocido ritual de horror, primero las
violaron, luego las mutilaron, las golpearon a placer y, quiero creer,
que al final les dieron un tiro de gracia. ¡Ojalá!
Lo primero,
lo de Hipatia, sucedió en el 414. Lo segundo, hace nada, en 1960. Pero
todo viene junto a mi memoria. A Hipatia la conozco por obligación de
filosofía y a las Miraval por cultura general democrática. Además de
conocer a Minerva, una de sus excelentes hijas. Me viene, digo, junto
todo a la cabeza. Y viene por justicia poética. El caso es que hace unos
días, el 25 de noviembre, se celebró (obvio es que es una manera de
hablar) el día mundial en contra de la violencia sobre las mujeres. De ese día hace
poco. Porque hasta ese hace poco y en las tierras cristianas en esa
fecha se celebraba, y sigue, la fiesta de Santa Catalina.
Tenía
esta santa título y palma de mártir y era patrona de los estudiantes,
por ejemplo. Es una devoción la suya que llegó a Europa con las
Cruzadas. En Oriente era muy venerada y los audaces caballeros de la
Edad Media se la trajeron como recuerdo. De hecho, Europa se llenó de santas catalinas y
su nombre se empezó a poner popularmente a las jóvenes. Esta gentil
doncella, cristiana, había resistido a las tentaciones del malvado
emperador Maximiano, que pretendía de ella la abjuración de su fe. Al no
conseguirlo, la enfrentó a 50 sabios, los cuales se rindieron ante su
elocuencia y pidieron allí mismo el bautismo. Enfadado por el caso, el
emperador los hizo ejecutar. A los 50. Tras esto, Catalina convenció a
la emperatriz, que siguió el mismo derrotero y también fue condenada a
muerte. Y, cuando sólo ella quedaba viva, el pérfido sátrapa hizo que
prepararan una rueda de cuchillas afiladas que la descarnara. Así era
condenada la sabiduría de la mártir. Cincuenta y con ella más la
emperatriz, 52, recibían la corona del martirio. Así la conozco yo,
coronada, en un óleo que colgaba en mi colegio mayor cuando era
estudiante.
Bueno, lo evidente es que Hipatia murió de ese
modo, descarnada. Y también parece bastante claro que Catalina no
existió. La iglesia oriental mantuvo su culto y un santuario, muy bien
visitado y provisto de limosnas, donde, decían, unos ángeles habían
trasladado su cuerpo.Es una hermosa leyenda que nos habla de la
compasión y también de la memoria del agravio. Se veneró a una joven
sabia en el lugar simbólico que ocupó la sabiduría superviviente de la
Antigüedad que Hipatia representaba. Alejandría no pudo digerir el
crimen. Tanto que la ciudad, próxima a perecer, no asimiló la tortura y
muerte de la filósofa, de modo que le buscó un trasunto cristiano y
celestial. Pagó con el culto a Catalina, la joven, el asesinato de
Hipatia, la filósofa, probablemente entrada en años, a la que nadie
había salvado. Cuyo cuerpo nadie guardó, porque se hizo trozos que
fueron tirados en diversos muladares.No son, por lo simple, dos
terribles violencias.
Lo maravilloso es la coincidencia: lo
extraño es que ese día 25 sea la memoria encubierta de Hipatia, la
violencia contra la sabiduría, y el día de las hermanas Miraval, la
violencia contra la libertad... de las mujeres. Es un claro caso de
extraña casualidad, del amontonarse de signos que señalan en la misma
dirección. Es un día poco común que busca hacer menos común todavía unos
hechos desgraciadamente muy corrientes: que ser mujer, y dependiendo de
la zona del mundo, se puede convertir en una desgracia, o en un castigo
no elegido. Nos recuerda hasta qué grado de humanidad hemos llegado y
cuánto nos falta todavía para poder sentirnos a gusto con el tiempo que
nos toca. Por ahora, la justicia poética me consuela. Porque es hermoso
guardar memoria del agravio cuando lo hacemos para que no se repita.
FOTOGALERÍA: Día contra la Violencia de Género. (Advertencia: las fotos son tan duras como la realidad) - http://kcy.me/vln6
Emma Blanco
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Manifiesto de las mujeres hartas
Emma Blanco
http://www.oviedo.es/servicios-municipales/igualdad/dia-internacional-mujer
"Faktoria Lila (@FaktoriaLila): y luego direis que somos 5 o 6! gora emakumeon borroka! bilboko feministok kalean! http://t.co/BFYTD4WbiV"
#DíaInternacional #25N #feminismoenred El hombre invisible http://t.co/ai7PaNS06F vía @eldiarioes"
Emma Blanco
http://www.oviedo.es/servicios-municipales/igualdad/dia-internacional-mujer
"Un
derecho que muy a menudo nos suelen arrebatar...Sirva mi recuerdo para
todas esas mujeres que hoy ya no están con nosotr@s y por las que sufren
en silencio y no se atreven a denunciar.... ¡¡¡ANTE CUALQUIER TIPO DE
VIOLENCIA, TOLERANCIA CERO!!!!"
"La violencia contra la mujer ha sido una constante a lo largo de la
historia. Yo recuerdo, de joven, algunos ejemplos. Pero entonces la
mujer lo ocultaba, disimulaba. La sociedad así lo quería. Todo va bien,
se decía. Hoy las mujeres mueren asesinadas porque se niegan a seguir
siendo maltratadas ¿Cómo es posible que entre todos no podamos suprimir
esta barbarie? En este y en muchos días más mi recuerdo emocionado para
los cientos de mujeres asesinadas por sus maridos o compañeros; más de
setecientas en la última década. Cuarenta y ocho en este año de 2013.
Buenas noches."
"Lo
peor es que cada año son más jóvenes los maltratadores y las
maltratadas. Qué ocurre? Algo estamos haciendo mal y tenemos que poner
remedio sí o si!"
¿Quién pedirá perdón a las víctimas de la violencia de género?
Hypatia y Catalina, ambas de Alejandría.
AMELIA VALCARCEL 13 DIC 2009
No sabemos bien, y quizá nunca lo sepamos, cómo murió. Hay dos hipótesis. Una dice que la descarnaron con conchas afiladas y otra que lo hicieron con cascos de vasijas de barro. De lo que no hay duda es de que la descarnaron. Esto es, que, viva, le fueron arrancando la carne, hasta que las vísceras quedaron al descubierto. Y también la de la cara, las manos... en fin, una muerte horrible.Sin embargo, Amenábar, que sabe lo que se hace, ha preferido darle la eutanasia. A Hipatia, en su película, Ágora, alguien piadosamente la asfixia antes de que la turba indómita de monjes cristianos y fanáticos, proceda a su lapidación. La realidad fue bastante peor. Mucho peor. Peor, desde luego, que la muerte que los mismos predicaban del Salvador. Pero, claro, Hipatia no había salvado a nadie, que se supiera. Sólo quizá al saber. Y no se pudo salvar a sí misma.
De estas otras muertes, a las que ahora traigo a la memoria, algo sí sabemos. Las hermanas Miraval, opositoras al régimen de un dictadorzuelo que sería sucio recordar, murieron un 25 de noviembre. A las tres las cazaron, por así decir, para matarlas. Cuando volvían por una zona no muy segura, por carretera, fueron detenidos sus coches y ellas sacadas al campo. Para llevar a término el conocido ritual de horror, primero las violaron, luego las mutilaron, las golpearon a placer y, quiero creer, que al final les dieron un tiro de gracia. ¡Ojalá!
Lo primero, lo de Hipatia, sucedió en el 414. Lo segundo, hace nada, en 1960. Pero todo viene junto a mi memoria. A Hipatia la conozco por obligación de filosofía y a las Miraval por cultura general democrática. Además de conocer a Minerva, una de sus excelentes hijas. Me viene, digo, junto todo a la cabeza. Y viene por justicia poética. El caso es que hace unos días, el 25 de noviembre, se celebró (obvio es que es una manera de hablar) el día mundial en contra de la violencia sobre las mujeres. De ese día hace poco. Porque hasta ese hace poco y en las tierras cristianas en esa fecha se celebraba, y sigue, la fiesta de Santa Catalina.
Tenía esta santa título y palma de mártir y era patrona de los estudiantes, por ejemplo. Es una devoción la suya que llegó a Europa con las Cruzadas. En Oriente era muy venerada y los audaces caballeros de la Edad Media se la trajeron como recuerdo. De hecho, Europa se llenó de santas catalinas y su nombre se empezó a poner popularmente a las jóvenes. Esta gentil doncella, cristiana, había resistido a las tentaciones del malvado emperador Maximiano, que pretendía de ella la abjuración de su fe. Al no conseguirlo, la enfrentó a 50 sabios, los cuales se rindieron ante su elocuencia y pidieron allí mismo el bautismo. Enfadado por el caso, el emperador los hizo ejecutar. A los 50. Tras esto, Catalina convenció a la emperatriz, que siguió el mismo derrotero y también fue condenada a muerte. Y, cuando sólo ella quedaba viva, el pérfido sátrapa hizo que prepararan una rueda de cuchillas afiladas que la descarnara. Así era condenada la sabiduría de la mártir. Cincuenta y con ella más la emperatriz, 52, recibían la corona del martirio. Así la conozco yo, coronada, en un óleo que colgaba en mi colegio mayor cuando era estudiante.
Bueno, lo evidente es que Hipatia murió de ese modo, descarnada. Y también parece bastante claro que Catalina no existió. La iglesia oriental mantuvo su culto y un santuario, muy bien visitado y provisto de limosnas, donde, decían, unos ángeles habían trasladado su cuerpo.Es una hermosa leyenda que nos habla de la compasión y también de la memoria del agravio. Se veneró a una joven sabia en el lugar simbólico que ocupó la sabiduría superviviente de la Antigüedad que Hipatia representaba. Alejandría no pudo digerir el crimen. Tanto que la ciudad, próxima a perecer, no asimiló la tortura y muerte de la filósofa, de modo que le buscó un trasunto cristiano y celestial. Pagó con el culto a Catalina, la joven, el asesinato de Hipatia, la filósofa, probablemente entrada en años, a la que nadie había salvado. Cuyo cuerpo nadie guardó, porque se hizo trozos que fueron tirados en diversos muladares.No son, por lo simple, dos terribles violencias.
Lo maravilloso es la coincidencia: lo extraño es que ese día 25 sea la memoria encubierta de Hipatia, la violencia contra la sabiduría, y el día de las hermanas Miraval, la violencia contra la libertad... de las mujeres. Es un claro caso de extraña casualidad, del amontonarse de signos que señalan en la misma dirección. Es un día poco común que busca hacer menos común todavía unos hechos desgraciadamente muy corrientes: que ser mujer, y dependiendo de la zona del mundo, se puede convertir en una desgracia, o en un castigo no elegido. Nos recuerda hasta qué grado de humanidad hemos llegado y cuánto nos falta todavía para poder sentirnos a gusto con el tiempo que nos toca. Por ahora, la justicia poética me consuela. Porque es hermoso guardar memoria del agravio cuando lo hacemos para que no se repita.
No sabemos bien, y quizá nunca lo sepamos, cómo murió. Hay dos hipótesis. Una dice que la descarnaron con conchas afiladas y otra que lo hicieron con cascos de vasijas de barro. De lo que no hay duda es de que la descarnaron. Esto es, que, viva, le fueron arrancando la carne, hasta que las vísceras quedaron al descubierto. Y también la de la cara, las manos... en fin, una muerte horrible.Sin embargo, Amenábar, que sabe lo que se hace, ha preferido darle la eutanasia. A Hipatia, en su película, Ágora, alguien piadosamente la asfixia antes de que la turba indómita de monjes cristianos y fanáticos, proceda a su lapidación. La realidad fue bastante peor. Mucho peor. Peor, desde luego, que la muerte que los mismos predicaban del Salvador. Pero, claro, Hipatia no había salvado a nadie, que se supiera. Sólo quizá al saber. Y no se pudo salvar a sí misma.
De estas otras muertes, a las que ahora traigo a la memoria, algo sí sabemos. Las hermanas Miraval, opositoras al régimen de un dictadorzuelo que sería sucio recordar, murieron un 25 de noviembre. A las tres las cazaron, por así decir, para matarlas. Cuando volvían por una zona no muy segura, por carretera, fueron detenidos sus coches y ellas sacadas al campo. Para llevar a término el conocido ritual de horror, primero las violaron, luego las mutilaron, las golpearon a placer y, quiero creer, que al final les dieron un tiro de gracia. ¡Ojalá!
Lo primero, lo de Hipatia, sucedió en el 414. Lo segundo, hace nada, en 1960. Pero todo viene junto a mi memoria. A Hipatia la conozco por obligación de filosofía y a las Miraval por cultura general democrática. Además de conocer a Minerva, una de sus excelentes hijas. Me viene, digo, junto todo a la cabeza. Y viene por justicia poética. El caso es que hace unos días, el 25 de noviembre, se celebró (obvio es que es una manera de hablar) el día mundial en contra de la violencia sobre las mujeres. De ese día hace poco. Porque hasta ese hace poco y en las tierras cristianas en esa fecha se celebraba, y sigue, la fiesta de Santa Catalina.
Tenía esta santa título y palma de mártir y era patrona de los estudiantes, por ejemplo. Es una devoción la suya que llegó a Europa con las Cruzadas. En Oriente era muy venerada y los audaces caballeros de la Edad Media se la trajeron como recuerdo. De hecho, Europa se llenó de santas catalinas y su nombre se empezó a poner popularmente a las jóvenes. Esta gentil doncella, cristiana, había resistido a las tentaciones del malvado emperador Maximiano, que pretendía de ella la abjuración de su fe. Al no conseguirlo, la enfrentó a 50 sabios, los cuales se rindieron ante su elocuencia y pidieron allí mismo el bautismo. Enfadado por el caso, el emperador los hizo ejecutar. A los 50. Tras esto, Catalina convenció a la emperatriz, que siguió el mismo derrotero y también fue condenada a muerte. Y, cuando sólo ella quedaba viva, el pérfido sátrapa hizo que prepararan una rueda de cuchillas afiladas que la descarnara. Así era condenada la sabiduría de la mártir. Cincuenta y con ella más la emperatriz, 52, recibían la corona del martirio. Así la conozco yo, coronada, en un óleo que colgaba en mi colegio mayor cuando era estudiante.
Bueno, lo evidente es que Hipatia murió de ese modo, descarnada. Y también parece bastante claro que Catalina no existió. La iglesia oriental mantuvo su culto y un santuario, muy bien visitado y provisto de limosnas, donde, decían, unos ángeles habían trasladado su cuerpo.Es una hermosa leyenda que nos habla de la compasión y también de la memoria del agravio. Se veneró a una joven sabia en el lugar simbólico que ocupó la sabiduría superviviente de la Antigüedad que Hipatia representaba. Alejandría no pudo digerir el crimen. Tanto que la ciudad, próxima a perecer, no asimiló la tortura y muerte de la filósofa, de modo que le buscó un trasunto cristiano y celestial. Pagó con el culto a Catalina, la joven, el asesinato de Hipatia, la filósofa, probablemente entrada en años, a la que nadie había salvado. Cuyo cuerpo nadie guardó, porque se hizo trozos que fueron tirados en diversos muladares.No son, por lo simple, dos terribles violencias.
Lo maravilloso es la coincidencia: lo extraño es que ese día 25 sea la memoria encubierta de Hipatia, la violencia contra la sabiduría, y el día de las hermanas Miraval, la violencia contra la libertad... de las mujeres. Es un claro caso de extraña casualidad, del amontonarse de signos que señalan en la misma dirección. Es un día poco común que busca hacer menos común todavía unos hechos desgraciadamente muy corrientes: que ser mujer, y dependiendo de la zona del mundo, se puede convertir en una desgracia, o en un castigo no elegido. Nos recuerda hasta qué grado de humanidad hemos llegado y cuánto nos falta todavía para poder sentirnos a gusto con el tiempo que nos toca. Por ahora, la justicia poética me consuela. Porque es hermoso guardar memoria del agravio cuando lo hacemos para que no se repita.
FOTOGALERÍA: Día contra la Violencia de Género. (Advertencia: las fotos son tan duras como la realidad) - http://kcy.me/vln6
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o también estoy en contra de la violencia hacia las mujeres
ResponderEliminarpero hay una que en particular que me duele mucho, aquella ejercida por mujeres hacia otras. Esa que a veces no llega a los golpes ni a las ofensas verbales, aunque si se llega a ello, es por supuesto totalmente reprobable. pero voy a hablar de la otra, de aquella que consiste en negarle el derecho a otra a expresarse, a pensar por si misma, a ser explotada de forma económica, sexual, intelectual o emocionalmente.
Esa violencia que se expresa reuniendo información para atacar a otra, sin importar que tan verdadera sea, sin ser critica ni cuestionar en forma alguna a la fuente de información.
Aquella que sin conocer los hechos verdaderos, sin ponerlos al microscopio para tratar de conocer la verdad, se toma cualquier dato como pretexto, para justificar los actos propios. La violencia de menospreciar a otra simplemente porque piensa distinto, se viste distinto, actúa distinto.
Esa violencia que es capaz de llevar al aislamiento a otra, al manicomio, o a la cárcel.
Porque no existe la comunicación y los verdaderos actos solidarios entre mujeres? Porque en todo caso y en muchos de ellos son a conveniencia? Un te doy pero me das y cuando no me sirves para mis fines, te tiro y te proscribo? Porque?
El día que todas y todos seamos mas amorosos con nosotras, con todas y todos los demás, sin buscar la ventaja que eso nos trae.
Que seamos autocríticas y reconozcamos también nuestros errores, que seamos capaces de pedir una disculpa por habernos equivocado, por haber actuado mal, El día que los seres humanos no nos preocupemos por ponernos penes o tetas y vaginas donde nunca los hubo para ejercer el poder, solamente para eso, algún tipo de poder que es lo que esta encubierto en esos hechos, desde mi personal punto de vista, desde los comportamientos de subyugación, sea jugando el rol que sea, creyendo y haciendo creer que eso es lo que se necesita para ser feliz y hacer feliz a nuestras parejas, a todos los demás. El día que sepamos ser mejores seres humanos y tratar de ser felices por lo que somos, por lo que tenemos, tratando de evitar la violencia en nuestra propia casa, entonces podremos contribuir con algo para que afuera de ella no exista más.
NO más violencia contra las mujeres por parte de los hombres
NO más mujeres asesinadas
No más violencia hacia las mujeres por parte de las mujeres y hacía ellas mismas.
No más niños, ancianos, jóvenes, animales, arboles, sueños, ideales, etc, etc. Destruidos
NO MAS VIOLENCIA CARAJO
nadie le pertenece a nadie
saludos