Las nueces eran los frutos secos preferidos de mi padre. Y cierto es que cada año, por esta época, comprábamos más. El jueves, encontrarme el saco y coger la paleta para comprar y preparar el cesto navideño familiar, un pinchazo en el pecho me obligó a dejar la bolsa medio llena...
"Navidad : dícese del período en el que en mi casa siempre hay un centro con
mandarinas y nueces"
Y vuelvo, nosécuántosdíasdespués.. .a esta entrada, que me toca, me revuelve, me provoca una infinita ternura...tanta como tristeza, porque tú no puedas acudir a una casa a ver cómo ponen las nueces... y también porque yo no puedo hablar de esos ritos familiares, porque en caso de que los haya, los desconozco.
ResponderEliminarEl fin de semana vi Agosto en el cine... una vomitona de las pelusas que esconden las alfombras familiares. Dura, desgarrada hasta el extremo... y en el fondo sirve de alivio pensar que no llegas hasta ese punto. Y miro a Zami, y siento lo injusta que es la vida que le arrebató a su madre hace ya años, Y sigo siendo incapaz de encontrar el camino que a mí me lleve de vuelta a "casa"...
Mil gracias por escribir esto. Por removerme, por hacer que piense y sienta. Un abrazo lleno de ternura...