RECORTES NO

martes, 29 de septiembre de 2015

Homenaje callado

Hay cosas que se ponen húmedas de nostalgia,
chorreantes de olvido, lastimadas de ausencia.
Unas veces son grandes panoramas perdidos
para unos tiernos ojos que sufren contemplando;
otras veces son trozos o retales de vida,
escenarios pasados de incruentas batallas
donde el juego o la magia o el amor estarían
acechando felices el momento oportuno,
cuando en forma imprevista estallaba el hechizo
y el recuerdo archivaba una escena imborrable,
una imagen concreta definida tan sólo
por la luz de unos ojos o la curva de un gesto.
Y la vida se queda reducida de pronto
a una suma de instantes de impensada belleza,
de momentos fugaces sorprendidos al vuelo,
sin anécdotas apenas, sin contorno preciso.
Y no tiene sentido señalar una fecha,
encajar el instante en un tiempo concreto,
definirlo en el orden de una lógica absurda.
No hace falta saber si estarías presente,
si fue un día en verano o al caer del otoño,
si el paisaje tenía un perfil definido o era sólo una raya con un límite vago.
Lo que cuenta ya ahora en la curva del tiempo
es el golpe fugaz, el feliz sobresalto
de encontrar nuevamente en la opaca corteza
de las cosas que sufren el dolor del olvido
la perenne presencia de una voz o de un tacto,
la añorada nostalgia de algún cálido gesto.

© Ramón Oteo - El perfume del vaso

1 comentario:

  1. La delicadez y precisión con que describe el sentimiento de pérdida es en si poesía.... lo que yo llamo "la belleza de lo terrible".

    Te abrazo.

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