Miro el almanaque y estrenamos mes.
Tomo un sorbo de café con leche.
Vuelvo a mirar los días de la semana y, de repente, en un abrir y cerrar de ojos, han pasado quince días.
Dirijo mi mirada hacia la ventana y la luz del sol me avisa que empieza a madurar el verano.
Con el próximo café con leche, otra hoja caerá del calendario.
Mi madre comienza a decir en febrero... de aquí a nada son Navidades otra vez... y tiene razón.
ResponderEliminarPero te has fijado que cuando éramos niñas o adolescentes el tiempo flotaba ante nuestros ojos y que desde que cumplimos los 35 corre que se las pela???
Un abrazo, guapa!
¿Y te acuerdas de aquellos veranos laaaaaargos, largos que al final, casi apetecía empezar el colegio???
EliminarBesico
SE nos va el vino en catas...!
ResponderEliminarQue pase ligero es buena cosa.
Un beso fresquito.
¡Cómo me gustan vuestros comentarios!
Eliminar"Se nos va el vino en catas" o "el tiempo flotaba ante nuestros ojos", solo por repetir los últimos... Preciosos...
Gracias por la frecura y más besos...